El espíritu de la posada surge del corazón del emprendimiento: nuestra familia.
El espíritu de la posada surge del corazón de La Matilde: nuestra familia.
Desde la más íntima a la que se va ampliando. Todos los días nos proponemos una sonrisa, y ese afecto hacia adentro se transmite hacia afuera, a nuestros colaboradores y especialmente a nuestros huéspedes y visitantes. Nuestro equipo está formado por gente local que aporta su conocimiento del territorio y de la cultura auténticamente regional.
Desde la más íntima a la que se va ampliando. Todos los días nos proponemos una sonrisa, y ese afecto hacia adentro se transmite hacia afuera, a nuestros colaboradores y especialmente a nuestros huéspedes y visitantes.
Formamos parte del ecosistema de esta zona y para nosotros es importante crecer con él, enriqueciéndolo.
Nuestro equipo está formado por gente local que aporta su conocimiento del territorio y de la cultura auténticamente regional.